Ante las recientes declaraciones levantadas por El Observador, respecto a lo que dijera Graciela Villar: el Frente Amplio “no puede permitir” que haya “deliveries con tracción a sangre”, volviendo a poner el tema sobre el tapete, me surgen en lo personal algunas preguntas, pero principalmente me invade la preocupación de si la clase política, en este caso representada por Villar, hace una reflexión del tema con la profundidad, la empatía y el entendimiento que amerita.